Rafael Antonio Salazar Motos "Rafael Farina"

Rafael Antonio Salazar Motos, cantaor gitano, más conocido mundialmente con el nombre artístico de Rafael Farina, nació en Martinamor (Salamanca), el 2 de julio de 1923, y murió en Madrid el 21 de noviembre de 1995.

Su familia era humilde, numerosa y artística, y cuatro de los once hermanos se dedicaron a la canción. Vivió desde muy niño en la capital salmantina, donde cantaba en bares y fiestas desde muy pequeño, a cambio de la voluntad de los reunidos. Dio a conocer su gran vocación artística en Madrid, actuando en Los Gabrieles. Por entonces se empezaba a hablar de un joven de Salamanca, y muchos iban a oírle cantar, entre ellos uno de sus héroes, Manolo Caracol. Su intervención, en 1949, en el homenaje que se le tributó a Juanito Mojama, en el Cine Alcalá, donde destacó entre grandes intérpretes del cante, supuso su primer gran éxito

Fue mejorando y madurando su arte, y en 1944 Doña Concha Piquer lo contrató para viajar con ella a Santiago de Chile y otros países hispanoamericanos. En esta viaje aprendió a cantar con orquesta, ya que hasta entonces siempre había cantado con guitarra, debido a su afición por los fandangos.

Protagonizó en 1952, la obra La copla andaluza, en el Teatro Pavón de Madrid junto a Álvaro de la Isla, Niño de Linares, Manolita de Jerez, Miguel Maya y El Gallo. Su popularidad fue creciendo, y en 1956 estrena el espectáculo El cante ya tiene rey, y en 1968 Arte español, con Lola Flores, con los que ha pasado por los principales teatros españoles, plazas de toros y otros auditorios, a lo largo de su trayectoria artística. Durante todos estos años de su carrera como cantaor, han sido muchas las participaciones y obras realizadas como primera figura, con grandes elencos de artistas de su tiempo. Entre sus actuaciones en el extranjero, fue siempre muy bien recibido en el Teatro Español de Tetuán (Marruecos), teniendo un gran éxito entre españoles y mulsumanes. Otras de sus destacadas actuaciones fueron en la Sala Wagran de París, en 1963, y en las ciudades alemanas de Colonia y Dusseldorf, en 1964.

A principios de los años 50 despegó, y los 50 y 60 fueron sus años gloriosos, cuando se consolidó como una de las grandes estrellas de la canción española. En 1952 ya tenía su propia compañía, y en el Teatro Pavón repuso La Copla Andaluza (estrenada en 1929). En 1953 actuó con Marisol Reyes en Bronce y Oro. En 1955 estrenó Circo de Ferias en el Price y Arte y Solera en el Teatro Calderón.

En su pueblo natal le fue dedicada una calle en 1968, y en 1970 recibió un disco de oro por la alta cantidad de discos vendidos. En el terreno cinematográfico participó en las películas Café de Chinitas, Puente de Coplas y La Copla andaluza.

Muchas de sus canciones aflamencadas se han hecho popularísimas, su mayor mérito reside en el fandango, estilo por el que ha creado unas formas muy personales. El entusiasmo que Rafael Farina ha despertado entre sus seguidores se ha puesto de manifiesto a lo largo de su proyección artística, con el hecho de ser sacado a hombros del teatro en más de una ocasión, siendo la más significativa la que tuvo lugar en el Circo Price de Madrid, en 1967.

Rafael Farina era un hombre de grandes amores, y los más grandes permanecen con nosotros a través de su música. Su tierra, los toros y sus amigos eran los temas que más le apasionaban, pero lo que verdaderamente le hacia feliz era la canción y el cantar, especialmente cuando estaba en el escenario. Algunos opinan que es una lastima que se dedicara más a la canción que al cante, porque tenia cualidades.

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Fuente

• El Arte de Vivir el Flamenco (Información cedida gentilmente, ver autorización)