"El tema de los viajes y el ajedrez da para contar sin duda mil historias y bien sea por romper el hielo como suele decirse (aunque nunca he entendido porqué hay que "romper el hielo", ¿no sería mejor dejarlo derretirse?) contaré lo que me sucedió de camino a un Open Internacional Muebles Pino de Villafranca. Pues resulta que iba yo montado en mi flamante deportivo rojo SEAT 128 comprado de cuarta o quinta mano (con matrícula de Madrid y más kilómetros que la bicicleta de Contador) cuando a la altura justo de la gasolinera de Alcolea en plena recta se produce un atasco, yo apago el motor del coche (mi escasa economía me pedía a gritos ahorrar unas gotas de gasolina y no calentar en exceso el motor) y transcurridos unos minutos cuando el tráfico vuelve a ponerse en marcha intento arrancar el vehículo pero este no responde, empujo como puedo el coche fuera de la carretera y me pongo a buscar ayuda para arrancarlo (todo indicaba que la batería se había descargado súbitamente), me da por preguntar por cables de batería en la gasolinera y me dicen muy amablemente que ellos tener, lo que es tener, si que tienen, pero para venta. Pregunto a varios camioneros estacionados allí pero me dicen que no pueden con excusas peregrinas. Total que ya estaba a punto de abrirme las venas en canal cuando vi a un coche de "moros" (ya sabeis, de estos que se cruzan media Europa en las vacaciones camino del estrecho, con un montón de cosas en el techo) aparcado cerca de donde se había quedado muerto el mío. Como pude le pregunté al hombre que si tenía Cables de Batería, "Cable Batery" le dije en mi perfecto inglés, pero el señor me dió a entender que no tenía o que no entendía un pimiento, aunque me hizo un gesto raro con las manos, como si me dijera que me esperara, y seguidamente dio una voz en un idioma ininteligible para mí y al momento salieron diez o doce nenes (y no exagero ni un pelo) del coche que se pusieron a empujar al mío hasta que logré arrancarlo. Inmediatamente les di mis más efusivas gracias y aprendí la lección de solidaridad en carretera, todos los españoles habían "pasado olímpicamente" de mi, cuando no les costaba nada haberme dado un empujóncito o haberme conectado unos cables de batería (cualquier camionero lleva unos) y sin embargo unos "moros", de esos que despreciamos en las carreteras patrias, me solucionaron el problema de momento.
Llegué sin novedad a Villafranca, la batería se cargó por el camino y no tuve problemas a la vuelta. Del torneo lo más reseñable es que le gané una partida a Nevado Vargas, gran jugador, excelente médico y mejor persona, al que ya hace bastante tiempo que no veo.
Del mismo Open Internaqcional Muebles Pino de Villafranca, Alberto Suriol, gran ajedrecista y excelente persona, en referencia a lo dicho más arriba añade lo siguiente:
"Curiosa anécdota. Una lección de solidaridad, como bien dices, y nos da que pensar sobre nuestros propios prejuicios. Yo quisiera añadir una anécdota que me ocurrió también en el Open de Villafranca, no recuerdo de qué año. Lo que sí recuerdo era que se celebraba en el pabellón deportivo del pueblo y hacía un calor fuera de lo normal. No sé si fue ese mismo año cuando mi buen amigo Juan Antonio Fernández Calzada, más conocido por todos como "Boti" o "Farmax", intercalaba sus jugadas con un chapuzón en la piscina contigua al pabellón (tiempo le sobraba, de eso estoy seguro). Pero mi anécdota se refiere en realidad a un momento de la partida en que un servidor jugaba contra Andrés Rodríguez Márquez, fortísimo jugador como es sabido, y ante el que planteé con negras una defensa "improvisada" fruto de no tener demasiado conocimiento de aperturas. A mi parecer, la partida parecía igualada, y tras una larga meditación por su parte en lo que yo veía una posición complicada, admitió: "¡Hoy es el día que peor lo estoy pasando!". No pude evitar esbozar una sonrisa y pensar: "Vaya, después de todo le estoy plantando cara. ¡Y sin mucho esfuerzo! Creo que lo estoy poniendo en apuros." Y acto seguido a su comentario, replica lo siguiente, mientras se aireaba la camisa: "¡No he pasado más calor en mi vida!". Por supuesto, perdí...".