Nerviosismo en jóvenes con ilusión

IV Premio Campos de guitarra. 1ª fase de selección. Guitarristas: Juan Marín Naranjo, Jorge de Argel y José Luis Medina Pérez. Sala Flamenca de Bodegas Campos

A muchos flamencos siempre les han sorprendido los conciertos de guitarra clásica, por ofrecerse sin ninguna amplificación de megafonía; en esta tesitura hemos podido escuchar a maestros de la guitarra en el Gran Teatro y en otros espacios de la ciudad. En cambio, los concertistas flamencos se han acostumbrado a elaborar sus piezas partiendo de un concreto sonido, el que más les convence, a partir de la ecualización, previa escucha monitorizada. Éste es uno de los motivos por los que los guitarristas que se presentan a un concurso, en el que el sonido de la guitarra debe proyectarse sin soporte de megafonía, se ven en el aprieto de exponer su repertorio, convenciendo en sonido y profusión de matices.

En la primera fase de selección de Campos de Guitarra se pudo apreciar nerviosismo en los guitarristas convocados, ante la firme mirada del jurado y de un escaso público. Los guitarristas tuvieron que mostrarse sin embalajes, desnudos de megafonía en la que apoyar y subrayar sus composiciones. Es la dura prueba de un concurso que prima la formación, la calidad y la personalidad del tocaor, a cuerda pelá, como se dice en el argot.

Sobreponiéndose al envite estuvo Juan Marín Naranjo, fiel a un virtuosismo cuya columna vertebral es la técnica del picado, como base para el trepidar sin desmayo de falsetas que tuvieron en el zapateado y la guajira el acomodo idóneo. José Luis Medina tocó taranta y guajira, comenzando su repertorio con los populares Panaderos flamencos, con pulsación firme y dinamismo en todo el desarrollo de sus piezas. El italiano Jorge de Argel no estuvo a la altura que el concurso requiere.

Francisco Martínez Sánchez
El Día de Córdoba, 29 de octubre de 2004