Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).

PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA

Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba

Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.

CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.

Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.

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Ciudad de Dios

De Ateneo de Córdoba
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Cidade de Deus
Título Ciudad de Dios
IV Muestra de Cine Internacional
IV Muestra de Cine Internacional

Ficha técnica
Dirección Fernando Meirelles
Kátia Lund

Guión Braulio Mantovani

Música Ed Cortês
Antonio Pinto

Fotografía César Charlone

Reparto Alexandre Rodrigues (Buscapé)
Leandro Firmino da Hora (Zé Pequeño)
Phellipe Haagensen (Bené)
Douglas Silva (Dadinho)
Darlan Cunha (Filé com Fritas)
Graziella Moretto (Periodista Marina Cintra)

Datos y cifras
País(es) Brasil
Año 2002
Género Drama
Duración 130 minutos

Compañías
Productora 02 Filmes
VideoFilmes
Distribución Miramax Films

Reseña

Ciudad de Dios.jpg

Para el espectador inquieto, rastreador de piezas valiosas no demasiado divulgadas, Ciudad de Dios es un manjar obligado. Este prodigioso film, en el que se pueden vislumbrar huellas de Sam Peckinpach y Martin Scorsese, más allá de lo eléctrico, frenético y desgarrado de su realización, contiene un alegato de hondo calado moral. Dirigido por Fernando Meirelles -recuerden ese nombre- con el concurso de Katia Lund y bajo los auspicios de alguien tan relevante para el cine carioca como Walter Salles (el artífice de Estación central de Brasil), es un retrato violento y convulso del surgimiento y consolidación del crimen organizado en un suburbio de Río de Janeiro. La película traduce en imágenes una prolija novela de Paulo Lins, inspirada en hechos reales, que revisa la evolución de la delincuencia en esa favela a lo largo de tres décadas. Aunque dada la extensión del texto se ha prescindido de un considerable número de episodios y personajes, el resultado de esta adaptación, reducida a algo más de dos horas de duración, es modélico, y ha respetado tanto la estructura como la recreación ajustada del ambiente en que se desarrolla la acción.

La fotografía -conglomerado de formatos y técnicas que exploran la esencia del estilo documental y refuerzan la minuciosa y valiente puesta en escena de Meirelles-, el endiablado montaje -que alcanza cotas de paroxismo y brillantez inusitadas- y los intérpretes, un nutrido elenco de niños de la calle que confieren intensidad y realismo al conjunto, podrían inducir a la conclusión de que se está ante un mero prodigio técnico que envolviese un gran vacío.; antes bien, al contrario. El film despliega ese caudal de brillantez formal para narrar un relato de una potencia arrolladora, una historia cruda, terrible, y de un horror tan cotidiano como al tiempo insólito y remoto para el conjunto de los espectadores. Asistimos a la conformación de un mosaico de tribus urbanas que acabarán, antes o después, inmersas en el crimen y la corrupción, con las drogas como común denominador; ya sea como medio de subsistencia o como adicción pero, a la postre, siempre como pasaporte infalible hacia la destrucción. Mas el conflicto que recoge Ciudad de Dios no es el del peligro intrínseco de los estupefacientes, sino la sombría espiral que generan en torno a ellos: el entramado jerárquico, los intereses económicos, la complicidad de las autoridades, la absoluta y desoladora impunidad que favorece la podredumbre y la miseria moral de los más desfavorecidos.

Ese orbe opresivo, ese callejón oscuro, está plasmado con rigor, narrado con fuerza, vibrante ritmo y contagiosa pasión en esta película que aspira a convertirse en un título esencial del realismo del tercer mundo. Pinceladas de humor, tan imprevistas como sucede en la vida real, alivian el clima tenso en que discurre este hallazgo fílmico, esta gota de esperanza en un océano de trivialidad y nulo riesgo, que encuentra aquí una cima elevada, destinada a llegar al corazón, la cabeza y los sentidos del espectador.

Película reproducida en la IV Muestra de Cine Internacional del año 2004.

Reseña elaborada por el socio de la Sección de Cine del Ateneo de Córdoba Javier Ortega Posadillo.