Versos y barbarie en el escenario

Se ha puesto de moda el monólogo. Es un género muy interesante porque permite disfrutar e la interpretación del actor o actriz que lo representa y también del texto. Estos elementos adquieren en el monólogo una importancia de primer plano. En el éxito y popularización del género ha contribuido el programa televisivo El club de la comedia, en el que primeras figuras de la fama televisiva transmiten textos e historias generalmente sobre lo más cotidiano de la convivencia humana. Canal Sur también se ha sumado al carro monologuista, y en otro espacio, Sinceros, sigue el sistema dando cancha a actores andaluces, entre los cuales han participado algunos cordobeses con muy buena intervención como Ricardo Luna, el sobrio y expresivo protagonista del Góngora que produjo el Gran Teatro la pasada temporada.

El Ateneo de Córdoba también lleva varios años con un concurso de monólogos en el que premia a actores y autores, una muy positiva iniciativa que se va consolidando cada vez más. Pero el monólogo que quizás más resonancia ha tenido en las últimas décadas ha sido Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes, el que protagonizara Lola Herrera y dirigido por Josefina Molina Reig.

Monólogos y monólogos

Pero hay monólogos y monólogos. Los de moda en El club de la comedia, tienen una huella claramente americana, el actor suele hacer de sí mismo, no hay personaje, el texto es muy plano y ágil, ligero, buscando la risa rápida y fugaz, evitándose temas dramáticos o amargos, y cuando estos aparecen es para frivolizar más que para satirizar o profundizar sobre ellos. Un formato muy distante, por ejemplo, del monólogo más hispano y europeo antedicho, el de Delibes. El monólogo que representará Juan Carlos Villanueva el próximo martes en el Gran Teatro, El Sueño, está próximo a esta última línea. Se trata de un estreno absoluto. Es un tipo de monólogo que exige más del actor, pues debe crear un personaje, no hacer de sí mismo. El personaje que Juan Carlos Villanueva interpretará es un borracho en una situación de desesperación límite. la cual le permitirá verter con total desinhibición sus puntos de vista sobre el entorno y circunstancias que le rodean. Es un monólogo intensamente trágico, una nueva divergencia del monólogo de moda a la americana, aunque ello no evitará momentos de humor, negro, a lo largo de la representación. Ésta se complementa con flamenco, pero de una manera muy sobria, engarzada con naturalidad en el hilo argumental. El flamenco lo pondrá Antonio Muñoz El Toto, al cante, y Rafael Trenas, a la guitarra.

El texto es una adaptación hecha por Juan Carlos Villanueva sobre textos de Papi y Cahue. El propio Villanueva dice del texto que El Sueño viene a significar el compendio de ver lo que sucede a nuestro alrededor, demostrándonos ahora más que nunca, cuando la barbarie anida en los corazones de quienes nos gobiernan, que “ya no quedan más que los poetas en la calle, un verso partido en dos sobre el asfalto”.

Juan Carlos Villanueva es un actor cordobés de extensa trayectoria en teatro y televisión. Pieza fundamental de la compañía Trápala, pero además con una variada experiencia actoral en el Centro Andaluz de Teatro, sin olvidar su actividad de doblaje en cine y televisión. Ha trabajado en muy diversas facetas de la ópera, entre ellas la dirección de la Carmen que se vio en el 2000 en el Gran Teatro. También destaca por su docencia, impartiendo seminarios y talleres de interpretación. Actualmente está trabajando en proyectos escénicos de tema cervantino que verán la luz próximamente.

Miguel Ángel de Abajo
Diario Córdoba, 24 de octubre de 2003